Este 2020 que nos tomó por sorpresa
Es realmente este año tan particular e inolvidable en nuestra historia, lo que me animó a retomar una costumbre particular de mi existencia, desde mi adolescencia: la escritura. Siempre ha amado escribir. Encuentro en el ejercicio de plasmar en palabras lo que siento, un maravilloso reto que me permite ilustrar con claridad mis ideas. No pretendo mostrar nada más que reflexiones, tal vez útiles para algunos o innecesarias para otros, sobre la vida, la existencia y la condición humana. Sea éste momento un tanto apocalíptico, la excusa terrible y perfecta para dar rienda suelta al pensamiento y la reflexión.
Siempre pensé que un momento así, en un escenario que nunca imaginé vivir, debería ser documentado, analizado, estudiado. Eso trato de hacer, de manera muy general, desde lo que me pone a pensar y me afecta como ser humano que está en relación con otros, y que existe gracias a ese maravilloso vínculo con todo.
Escenarios apocalípticos
Lo confieso: muchas veces imaginé cómo sería el fin del mundo. A veces pensando que el ser humano, complejo y despiadado, terminaría siendo acabado por algún desastre inminente e inevitable. Imaginé tal vez un evento caótico que en segundos borrara la faz de la tierra. Nunca pensé en la posibilidad que hoy vivimos, que se hace realidad. Tampoco creí que me tocara estar presente. Es interesante si se mira como investigador, pero es duro si se mira como hijo, hermano, tío, padre, etc.
No contemplo éste momento como el fin del ser humano, realmente no lo es, pero si es un momento límite, que nos pone frente al abismo que siempre quisimos evitar, pero que estaba ahí, a un paso, cercano y oscuro.
Este momento es un llamado de la vida, de natura, de la existencia, de Dios, de uno de ellos o de todos, para replantear, detenerse y volver a empezar. Lo estábamos haciendo mal, el mundo nos paro para permitirnos mirar atrás y volver a empezar. Tengo la esperanza, de que así será.
Estadísticas
Una estadística es solo un número, cuando no nos afecta. Pero cuando en esa estadística está incluido alguien a quien amamos, entonces cobra sentido y el número ya no tiene relevancia. Por todos aquellos que han perdido sus vidas por este virus; que no sean simplemente una estadística. Como lo dijo John Donne:
"La muerte de cualquier hombre me disminuye"